Rosy Salazar Vigoya es la Mujer Comfenalco Quindío 2024 – 2025

mujer comfenalco 2024

Transformar la vida de niños con discapacidad y la de sus familias es su loable obra.

Este jueves 28 de noviembre, en acto solemne, Rosy Salazar Vigoya fue proclamada como la Mujer Comfenalco Quindío 2024 – 2025, por su dedicación y gran esfuerzo para transformar la vida de niños con discapacidad y la de sus familias.

Asimismo, el jurado calificador de la edición número 31 del Premio Comfenalco a la Mujer, integrado por Sonia Quintero Serna, Mujer Cafam de Colombia 2010; Eduardo Mejía, presidente de la fundación Hernán Mejía, y Carmen Elisa Vanegas Lotero, coordinadora de extensión y educación continua de la Universidad Tecnológica de Pereira, otorgó el segundo lugar a Juliana María Buitrago, por el uso del arte como herramienta de cambio social, y el tercer lugar a Maryury Carrillo, por su contribución al empoderamiento de mujeres a través de la artesanía.

Rosy, una mujer de corazón inmenso

Rosy Salazar Vigoya, quien representará al Quindío en el Premio Cafam a la Mujer que se celebrará en marzo del 2025 en la ciudad de Bogotá, es profesional en salud ocupacional, madre y líder social.

Hace 28 años, cuando su hijo Daniel Felipe nació con discapacidad, pasó, de la ilusión, a vivir con fuerza y amor las dificultades de ser madre soltera de un niño con necesidades especiales.

A través de su amor por su hijo y su profundo compromiso social, comenzó a liderar procesos de recuperación física y emocional para su hijo y otros niños con discapacidad. Pronto, familias enteras se acercaron a ella en busca de apoyo.

Su primer gran logro fue el programa Amigos por un Sueño, donde llevó a 20 niños con discapacidad a conocer el mar, una hazaña que solo fue posible gracias a su perseverancia y su capacidad para gestionar apoyo gubernamental y social.

Rosy no solo es una líder comunitaria, es la voz de los niños con discapacidad ante las IPS, las EPS y las autoridades, luchando por sus derechos y por el bienestar de las familias cuidadoras.

Rosy Salazar Vigolla

En 2015 y en calidad de presidenta de Sadequi, lideró la campaña Salvemos un Corazón, iniciativa que permitió la realización de cirugías para niños de escasos recursos económicos con cardiopatías congénitas; intervenciones que mejoró la calidad de vida de estos pequeños y la de sus familias. Durante la pandemia, emprendió una cruzada para el acompañamiento psicológico telefónico y la asistencia nutricional para las familias, además del suministro de materiales para el trabajo en casa.

En el año 2021, con el apoyo de padres cuidadores, crea el programa Enamorarte, que impulsa estrategias que potencializan las habilidades artísticas, culturales, recreativas, deportivas y de bienestar para que esta población con discapacidad pueda acceder al sector educativo. Su esfuerzo dio frutos: Quimbaya aprobó un acuerdo municipal para institucionalizar esta iniciativa.

Al año siguiente, su incansable labor llevó a la conformación del Comité Departamental de Cuidadores de personas con discapacidad intelectual y múltiple, para la materialización del primer conversatorio, en el que se discutieron temas relacionados con la discapacidad y su problemática.

El más reciente logro de Rosy se refleja con Acuarela, un programa artístico, cultural y deportivo, con el que ha logrado que niños con discapacidad participen en eventos nacionales e internacionales, demostrando su talento y, sobre todo, su capacidad de inclusión.

Pero lo que más define a Rosy es su dedicación incansable. Cada día trabaja para que las familias cuidadoras emprendan proyectos que mejoren sus condiciones económicas, asegurando un futuro más digno para todos.

Rosy Salazar Vigoya es un ejemplo de amor, fe y generosidad. Su legado no solo se mide en logros, sino en las vidas que ha tocado y transformado para siempre. Porque para ella cada niño con discapacidad es un sueño por cumplir.

Juliana María Buitrago, segundo lugar

En el corazón de La Tebaida, hace más de 30 años, una mujer comenzó a escribir su historia con cada paso sobre las tablas. Juliana María Buitrago, actriz, pedagoga y gestora cultural, ha dedicado su vida a transformar el arte en una herramienta de cambio social.

A los 11 años, subió por primera vez al escenario. Desde entonces, su pasión por el teatro ha crecido hasta convertirse en su mayor fuerza de contacto con el entorno. Tras el devastador terremoto de 1999, fue una de las fundadoras del Movimiento Teatral Tebaidarte, un colectivo que revitalizó el panorama cultural del municipio.

Juliana María Buitrago Botero

En el año 2005, funda y codirige el Teatro La Musaraña, desde donde propone nuevos espacios de participación y, al tiempo, lleva a escena obras de contenido social que permiten no solo el entretenimiento sino también la aparición de nuevos artistas locales.

A través de este arte, Juliana ha abordado temas profundamente humanos, como la violencia de género, pero también ha llevado alegría a las nuevas generaciones. En 2008, se aventuró en el teatro para la primera infancia, llevando mensajes de amor y educación a miles de niños.

Hoy, Juliana dirige el Festival Internacional de Teatro y la Sala Teatral Tebaidarte, un espacio reconocido por el Ministerio de Cultura, donde el teatro de cámara se convierte en un vehículo de reflexión y conciencia.

Juliana María Buitrago no solo es una artista, es un faro de esperanza, fuerza y lucha. Una mujer que, con cada obra, transforma realidades, crea futuros y deja una huella imborrable en su comunidad.

Maryury Carrillo Lozano

Maryury Carrillo, tercer lugar

Maryury Carrillo es una mujer forjada en la adversidad, que desde joven ha luchado por la defensa de las causas sociales y la dignidad de las comunidades más vulnerables.

A lo largo de su vida, Maryury ha superado desafíos como el cáncer y la enfermedad de su hijo, y fue en medio de estas batallas que descubrió el poder sanador del arte. Con sus manos, transformó su dolor en esperanza y encontró la fuerza para sanar, no solo a sí misma, sino a quienes más lo necesitaban.

El arte se convirtió en su herramienta de transformación. Fundó Arte Mc, un emprendimiento que honra la tradición artesanal del Quindío y promueve el uso de fibras naturales para crear productos únicos, inspirados en la biodiversidad local.

Pero su verdadera pasión está en empoderar al sexo femenino. Maryury vio una oportunidad en las manos laboriosas de las mujeres vulnerables, maltratadas y abandonadas por la violencia, y decidió darles una voz. Fundó la asociación de artesanos Arte Corazón, un espacio donde encuentran no solo un oficio sino un refugio de confianza y dignidad. Tres de las asociaciones ya son empresas legales, con sello de negocios verdes y apoyo del Fondo Emprender.

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